miércoles, 23 de diciembre de 2015

Nuestras jóvenes, en riesgo de muerte

Por: Silvia Núñez Esquer*
Cimacnoticias | Hermosillo, Son.- 22/12/2015

Sonora superó en 2015 la cifra más alta de feminicidio registrada por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, OCNF, desde que  empezó en 2008 a documentar estas muertes. En 2009 fueron  59 casos, mientras que al 22 de diciembre de 2015 podemos afirmar que han sido privadas de la vida en la entidad al menos 61 mujeres y niñas, según la misma fuente. Más de la tercera parte contaban con edades entre 21 y 30 años.

Además de las 61 pérdidas documentadas, se han encontrado tanto a la intemperie, como en el interior de predios, restos humanos con características de estructura ósea de mujer, unas calculadas en meses y otras en años de haber fallecido. Esto ha dado un poco de paz a familiares que buscaban desde hace tiempo a alguna mujer de su familia que había desaparecido. Al fin la han encontrado, desafortunadamente muerta y con signos de haber expirado hace determinado tiempo, definido por las autoridades investigadoras.

Además, han sido documentados casos de mujeres que recibieron agresiones extremas por su pareja o algún familiar cercano, que las llevó a estar hospitalizadas durante días o incluso meses, muriendo después, y que no fueron reportados como asesinatos por las autoridades. Todas éstas no figuran en la lista de las 61, por lo que la cifra real es mayor.

Otros tantos casos los conocimos porque la nota periodística daba cuenta de alguna agresión sufrida por la mujer, seguida de la frase “peligra su vida”, por lo que algunos de los casos de feminicidio en grado de tentativa, realmente podrían haber terminado en la muerte de la mujer. Estamos a días de que finalice el año y ya superamos en 27 por ciento la cantidad inmediata anterior registrada en 2014.

Todas las muertes duelen, pero nos merece especial atención los casos en los que se confirma que son las jóvenes las que están en mayor riesgo de ser sometidas a desapariciones, agresiones, incluso a perder la vida a manos de sus parejas, ex parejas o algún familiar cercano.

El caso estremecedor más reciente es el de la adolescente de 15 años Michelle Osuna quien fue asesinada en Nogales, Sonora, en una fecha imprecisa. Estuvo desaparecida desde el 27 de noviembre y después encontrada muerta el 11 de diciembre debajo de un colchón y una llanta, asesinada por desconocidos, hasta el momento.

ALERTA AMBER

Según la Procuraduría General de Justicia del Estado de Sonora, el protocolo Alerta Amber se ha activado 22 veces desde su inicio y hasta el 30 de junio de 2015. Del total de casos, fueron encontradas con vida 20 personas.

En 2013 fueron 2 mujeres de 10 y 15 años. En 2014 se activó en 13 ocasiones, de las cuales 7 eran mujeres de 16, 16, 14, 17, 15, 12, y 14 años de edad. Los seis varones encontrados con el protocolo de búsqueda tenían 3, 16, 6, 11, 6 y 9 años de edad. Hasta junio de este 2015,  se activó por 4 casos, de los que 3 fueron por 2 mujeres de 15 años y una de días de nacida, desaparecida junto con su madre de 23 años, así como un varón de 7 años de edad.

Como se puede observar, las mujeres extraviadas o desaparecidas por lo general son adolescentes, a diferencia de los varones, que lo más común es que sean niños.

Las amigas de Michell Osuna dicen que también en su caso se activó el protocolo, pero desafortunadamente al final se le encontró sin vida allá en la fronteriza Nogales, uno de los puntos del estado con más asesinatos de mujeres.

Los municipios sonorenses con mayor incidencia de feminicidio en el 2015 son: Hermosillo con 14, Cajeme con 10, San Luis Río Colorado y Nogales con 7 cada uno. Les siguen Navojoa con 4, y Caborca y Empalme con 3 cada uno.

Los meses en los que se presentaron más asesinatos de mujeres fueron: enero con 8 casos, octubre con 7 y julio con 6. Salvo 2013 y 2009, los demás años habían presentado menos de 50 casos cada año.

NUEVO GOBIERNO

Este 2015 fue año de cambio de administración política y parece que esto influyó para que el abandono y negligencia para atender los casos de violencia contra las mujeres se exacerbara. El nuevo gobierno hereda un panorama de violencia extrema  generalizada contra las mujeres. Casos desatendidos, desestimados como focos de riesgo de feminicidio.

Le toca además conducir el inicio del nuevo sistema penal acusatorio y, por si fuera poco, atender las 12 recomendaciones que hizo el grupo de trabajo que investigó los señalamientos de las mujeres organizadas, que dieron lugar a la solicitud de Alerta de Violencia de Género (AVG) para el municipio de Cajeme, Sonora y que fueron emitidas como necesarias para todo el estado.

De cómo se enfrenten estas circunstancias, será la credibilidad que pueda obtener el gobierno actual de Sonora que entró en funciones hace tres meses, en relación al interés por las vidas de las mujeres, nulo en la administración saliente. El reto será demostrar si el deseo de cumplir el objetivo de la igualdad entre mujeres y hombres es auténtico o sólo es políticamente correcto unirse a los gobiernos que proclaman la igualdad en abstracto.

La tendencia evidenciada por la ENDIREH 2011 -en donde nos coloca como el estado con mayor incidencia de violencia en el noviazgo en el país- se correlaciona con la incidencia de feminicidio, que también nos desorbita los ojos al demostrar que son también las jóvenes las que mueren con mayor frecuencia a manos de hombres en su mayoría cercanos, con los que tienen o han tenido alguna relación sentimental, de amistad o familiar, también concluido por el Inegi.

Según el Instituto, la tasa de defunción por agresión intencional contra mujeres en Sonora es de 3.9. Y la incidencia más alta se encuentra en el rango de 20 a 30 años. La actividad a la que se dediquen no es condición para ser asesinadas, pues lo mismo atacan a una estudiante de educación superior, que a una madre de familia joven, sin empleo remunerado, ultimada frente a sus hijas e hijos.

Las adolescentes son seducidas y subyugadas por internet a través de las redes sociales por “pretendientes” que les doblan o hasta les triplican la edad, para ser llevadas “por su voluntad” a otras ciudades, de las que han sido rescatadas a tiempo gracias al protocolo Alerta Amber.

Pero la verdad es que no tenemos una coordinación ciudadana para saber qué hacer al momento en que desaparecen. No tenemos grupos vecinales de búsqueda. Nos duele que desaparezcan, pero lo sabemos hasta que no llegan a su casa a la hora acostumbrada. Por ello la pregunta inmediata para intentar evitar un feminicidio, es: ¿A qué hora, en qué momento, atendiendo a qué señal las empezamos a buscar? De la respuesta puede depender la vida de nuestras jóvenes, esas que hoy como nunca, están en riesgo de muerte.

* Periodista integrante de la Red Nacional de Periodistas y directora del blog Mujer Sonora http://mujersonora.blogspot.mx/
Twitter: @mujersonora

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