martes, 28 de julio de 2015

Alerta de Género para Sonora, alerta para México



Silvia Núñez Esquer

El viernes 24 de julio pasado venció el plazo para que el Grupo de trabajo para el estudio y análisis de la solicitud de Alerta de Violencia de Género para el municipio de Cajeme, Sonora, entregara los resultados de su investigación in situ, realizada para ese fin.

El grupo fue conformado por dos académicas de centros de investigación de Sonora, en este caso del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), y El Colegio de Sonora; dos académicos del ámbito nacional, en este caso UNAM y Tecnológico de Monterrey; un representante de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y otro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; la directora del Instituto Sonorense de la Mujer; una representante del Instituto Nacional de las Mujeres, y la coordinadora del grupo de trabajo, representante de la Comisión Nacional para la prevención de la Violencia contra la Mujer (CONAVIM), de la Secretaría de Gobernación. 

Visitas no anunciadas a las instituciones encargadas de la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres en Sonora se realizaron para recabar datos estadísticos y de índole operativa, sin aviso previo para conocer cómo se trabaja en un día cualquiera en forma cotidiana.

De igual manera se entrevistó a organizaciones de la sociedad civil e informantes considerados clave, en el municipio de Cajeme y otros puntos de Sonora, así como a víctimas de violencia de género, y familiares de víctimas de feminicidio, para conocer la parte ciudadana desde el enfoque de las víctimas  afectadas, y poder contrastar ambos puntos de vista. También se aplicaron instrumentos de levantamiento de información para las organizaciones de la sociedad civil. 

Con toda la  información recabada, el grupo de trabajo habría de elaborar un informe sustentando las conclusiones a las que llegaron y que en el futuro podrían ser la base para la declaratoria de la Alerta de Violencia de Género (AVG) para el municipio de Cajeme, Sonora, si es que el ejecutivo no acepta las recomendaciones.

Cajeme está ubicado al sur del estado de Sonora y en los últimos años ha estado afectado por una ola de violencia social generalizada destacando los eventos relacionados con el crimen organizado, por lo que las ejecuciones, secuestros e incluso, desapariciones de mujeres han estado presentes.

En ese contexto de violencia el feminicidio ha sido uno de los delitos que ha permanecido en forma regular destacando como uno de los municipios con mayor incidencia, al igual que Hermosillo, Nogales, y ahora San Luis Río Colorado. 

No obstante, el 2014 fue particularmente violento contra las mujeres de Cajeme, pues 34% de los asesinatos de mujeres y niñas se presentaron en ese municipio. Ese porcentaje es el más alto que ha alcanzado desde el año 2010 en que se presentaron 4 casos, 2011 tuvo 8 casos, 2012  con 7 casos,  2013 presentó 9 casos, y 2014 destacó por aumentar en 56%, al presentar 16 de los 46 casos registrados por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

A su vez, la solicitud de AVG se da en un contexto nacional en donde por primera vez se decretó la Alerta de Género, fue en el Estado de México y sucedió este martes 28 de julio, cinco años después de que se presentara la solicitud por integrantes de la sociedad civil quienes en repetidas ocasiones insistieron en la necesidad de decretar el mecanismo en la entidad con mayor incidencia de feminicidio en el país. Hay varias solicitudes esperando respuesta, otras tantas recibieron negativa a su petición, otra, la de Tijuana que siguió el mismo procedimiento que la de Cajeme, Sonora, generó ya una serie de conclusiones. 

La figura de “recomendación” no existen ni en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, ni en su reglamento, por lo cual lo que se genera, es un documento que plasma el análisis de la información recabada y algunas conclusiones a las que llegue el grupo de trabajo.

En el caso del documento de 109 páginas referente a Baja California, se advierte que la AVG debería haber sido decretada de manera urgente, pues en todas las conclusiones se enuncian fallas sistémicas. Muy probablemente en la de Cajeme suceda lo mismo. A pesar de que ambas se pidieron para un solo municipio, las conclusiones son para todo el estado, pues es imposible desligarlo en esa forma. 

No obstante, la AVG sigue siendo un mecanismo incomprendido, pues de lo que se trata no es de emitir “recomendaciones”, sino parar de inmediato la violencia feminicida. De acuerdo a lo que se entiende por AVG desde el reglamento reformado en 2013, quienes trabajan en los diagnósticos hacen un trabajo exhaustivo para poder de la mejor manera brindar elementos para que el decreto de alerta proceda. 

Sin embargo, al ser una solicitud para un fragmento del territorio estatal en el que se extiende el feminicidio por todas sus latitudes, el informe no puede sujetarse a un solo municipio, el informe de Baja California lo demuestra. La petición fue para Tijuana, pero el documento se refiere a toda la entidad. Y es que es ilógico que se decretara la AVG para un solo municipio.

Si lo que se pretende es hacer cambios estructurales, éstos beneficiarán a la prevención de la violencia de género en toda la entidad, pues las instancias de prevención, atención, sanción y erradicación, son estatales y están obligadas a salvaguardar la seguridad de todas las mujeres y niñas bajo su jurisdicción. 

Los plazos de investigación de la solicitud de AVG son cortos, no así los plazos para los cambios que habrá de hacer el ejecutivo del Estado, pues tiene largos seis meses para realizarlos, eso en caso de que acepte la “recomendación”. Esto nos demuestra que las reformas al reglamento de la LGAMVLV no son las adecuadas, pues si se sigue interpretando las conclusiones como un documento relajado en el que se tiene medio año para cumplirlas, sin la obligatoriedad de hacerlo, la AVG pierde su espíritu de parar de inmediato la violencia y proteger a las mujeres en las zonas de riesgo como está ocurriendo no sólo en el municipio de Cajeme, sino en varios del estado de Sonora. 

La AVG es inoperante tal como está descrita y respaldada en la Ley de acceso y su reglamento. No deberíamos esperar a que el camino a una nueva reforma legislativa se pavimente con más cuerpos inertes de mujeres. La propia AVG decretada para el Edomex demuestra que en mucho tiene que ver la voluntad del Sistema Nacional, más que el cumplimiento de los requisitos normativos. 

La Alerta de Violencia de Género (AVG) “Es el conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida en un territorio determinado ya sea ejercida por individuos o por la propia comunidad”, que no se nos olvide y que no dejemos de repetirlo. La AVG no es para echar a andar programas gubernamentales, es para salvaguardar la vida y la integridad de las mujeres. El espíritu es de emergencia, no de planeación a largo plazo.

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