Por andar de chivos y grilleros
Los expedientes jurídicos se leen como revistas de anime, comenzando
de atrás para avanzar hacia enfrente. Esto se debe a que los autos de
formal prisión, las resoluciones, los alegatos, los amparos y las
sentencias se van anexando de manera que al final queda el resumen de lo
que viene antes. De este modo si uno quiere saber qué pasó, y confía en
el sistema de repartición de justicia de este país, puede simplemente
leer la sentencia al final del expediente y sentirse satisfecho porque
el criminal esta por fin en la cárcel pagando sus culpas.
Desafortunadamente la mayoría de los expedientes jurídicos están tan mal
escritos que es casi imposible seguir una narratividad de los hechos
que se cuentan. Tal vez por esas redacciones llenas de errores
gramaticales los expedientes anacolutos son semi ilegibles y los jueces
dan sentencias que no concuerdan con la verdad.
Frente a un sistema de repartición de justicia lleno de
inconsistencias, como el mexicano, es difícil leer las resoluciones sin
dudar de los juicios de las autoridades. Uno de estos casos es el de
Jorge Luis Zavala Solórzano, quien fue condenado como culpable por los
cargos de privación de la libertad y homicidio en grado de tentativa.
Actualmente su madre, Martha Solórzano, está en una lucha contra el
sistema jurídico sonorense que la ha llevado a abandonar San Luis Río
Colorado para ir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en la
ciudad de México, y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en
Hermosillo. Las amenazas contra Martha por parte de los policías
implicados en el arresto de su hijo han hecho que ahora esté dentro del
programa de protección a periodistas y defensores de los Derechos
Humanos de la SEGOB.
El resumen de la sentencia lleno de inconsistencias.
El arresto de Jorge Luis Zavala fue el 9 de octubre del 2012 por el
agente Eufrates Viviano Olivarria Villalobos, mismo que al día siguiente
levantó la denuncia. De acuerdo a las declaraciones del agente, a las
20:24 del 9 de octubre recibieron una llamada en la cual les daban aviso
de que en el domicilio ubicado en la avenida Guadalupe Victoria 1422,
entre Catorce y Quince, se encontraba una persona con un arma de fuego.
La versión de los hechos, en la cual se apoya la sentencia dada en
San Luis Río Colorado el 15 de octubre del 2013 como parte del proceso
penal 406/2012, se resume en que Jorge Luis Zavala llega al domicilio ya
mencionado buscando a un tal Poncho, y que para hacerlo salir, amenaza a
Jorge Miranda Soto y a Rocío Lizeth Flores Casilla. La amenaza que hace
sobre Jorge, un hombre mayor de edad, y Rocío, una mujer embarazada,
fue: “Nadie se va de aquí hasta que venga el Poncho.” Cuando la policía
llega al domicilio, donde supuestamente estaban siendo retenidas las dos
víctimas de la privación de la libertad, Jorge Luis Zavala amenaza con
la pistola al oficial Eufrates Viviano y diciéndole: “Yo a ti te conozco
y te voy a matar”. Jorge jala el gatillo para llevarse la sorpresa de
que el arma no sirve. Supuestamente todos escucharon un clic y se dieron
cuenta que no servía el arma, así aprovecharon para someter a quien
antes los estaba amenazando.
De entrada parece como un argumento para una comedia al estilo de
Johnny English, o uno de los videos ganadores del top ten de los
criminales más tontos en Youtube: El inculpado llega a una casa
amenazando con un arma inservible y todavía la intente usar contra un
policía en su cara. Pero si leemos las declaraciones de los testigos
comenzamos a ver una serie de inconsistencias que son nítidas sospechas
de un montaje.
Una de las inconsistencias más notoria en las diferentes
declaraciones, es la que tiene que ver con la temporalidad. De acuerdo
con la declaración del oficial Éufrates, ellos recibieron una llamada a
las 20:24, mientras que en las declaraciones de Miguel Ángel Morales, el
Poncho le hablo a la policía entre las 20:15 y las 20:20. Por otra
parte, Víctor Adrián Domínguez asegura que Jorge Luis llego al domicilio
a las 20:00 y que a los 20 minutos llego la policía. Si los agentes
recibieron la llamada a las 20:24 ¿cómo pudo llegar a las 20:20?
Digamos que los relojes de todos los testigos no estaban coordinados y
que por eso no coincidieron, pero por lo menos estas inconsistencias
deberían levantar sospechas de un montaje. A lo anterior se le suma que
el parte policial está redactado a la 1:10 am, 35 minutos antes de que
Jorge Luis lo entregara al juez calificador
Otro detalle que resalta a la vista es que ninguno de los testigos
coincide en el vehículo en el cual llega Jorge Luis. Todos dicen que es
un carro rojo, pero ninguno coincide en la marca o en el tipo, uno dice
que es una Silverado, otro que es un Chevrolet y otro se limita a decir
que era una pick up.
Por otra parte, en los alegatos, la defensa también cuestionó por
cómo era posible que el inculpado fuera con un arma que no sirve, y que
al intentar usarla, los testigos, ubicados en la casa de enfrente,
fueran capaces de escuchar el clic de la pistola al fallar.
Supongamos que Jorge Luis fue con un arma que no sirve y si jala del
gatillo es imposible que se percibiera desde la casa de enfrente, y por
tanto debemos suponer que ese dato, o fue inventado como parte de una
puesta en escena para los jueces, o se les dio una versión de los hechos
antes a estos testigos; lo que de alguna manera hace que estos estén
bajo la influencia de las autoridades que culpan a Jorge Luis.
Es importante destacar que en los alegatos, ninguna de las
imprecisiones fueron resueltas; no porque la defensa no lo pidiera, sino
porque nunca se comprobó la versión que dio Jorge Luis. En cambio, hubo
un constante apoyo a reafirmar la versión que dieron los oficiales como
si los ojos de los jueces y de los policías fueran los mismos.
Que me hicieron pendejo y que ya me conocían como el hijo de la pinche grillera.
Con una carta al juez primero de lo penal, Jorge Luis Zavala cuenta
su versión de los hechos, en los cuales explica porque fue a ese
domicilio. Zavala había sido pareja sentimental de Vanesa, quien en el
momento del arresto vivía con el Poncho y esperaba un hijo de él. Según
las declaraciones de Jorge Luis, él ayudaba a Vanesa a ir con el doctor
hasta Estados Unidos, porque esa era la única forma en la cual ella
podía tener atención médica como ciudadana norteamericana.
La noche del 9 de octubre del 2012 fue a buscar a Vanesa porque ella
le había estado llamando toda la mañana. Lo llevó un amigo. Únicamente
lo dejó en el domicilio donde se dio el arresto, de modo que no pudo
atestiguar nada de lo que pasó. Así pues, sin testigo que diera fe de su
versión, Jorge cuenta que mientras buscaba a su ex pareja, unos vecinos
de ella, quienes no eran Jorge Miranda o Lizeth Flores porque de hecho a
ellos no los conocía, se le acercaron para cuestionar los motivos por
los que buscaba a Vanesa. Discute con ellos sin llegar a los golpes.
Cuando la policía llegó a la casa de enfrente, de donde volvieron a
salir con otras dos personas que lo apuntaban a él. Los policías van con
Jorge y le interrogan: “¿Por qué andas buscando a Vanesa? ¿Qué eres un
pinche chivo al que le gusta que lo hagan pendejo?” Luego le dicen: “Ya
te conocemos, eres el hijo de vieja grillera. Ahora si nos la vamos a
chingar.”
Zavala es aprendido y llevado a la comandancia donde fue golpeado y
obligado a dejar sus huellas en el arma inservible que supuestamente uso
en la versión del oficial Éufrates. Después fue colgado con las esposas
y aislado en una celda hasta que fue trasladado.
La defensa pidió que se diera de baja al oficial involucrado en el
caso por las sospechas que había en su contra, por el abuso de autoridad
en la aprehensión de Jorge Luis Zavala, pero la autoridad no dio lugar a
esta petición. Del mismo modo, tampoco cedieron a las peticiones de un
peritaje datiloscopico, ni a que se analizara con más profundidad la
versión donde los oficiales le sembraron las evidencias al acusado. En
cuanto a los careos que pidió la defensa, todos fueron negados. Unos
porque Vanesa se había trasladado a los Estados Unidos y otros porque se
encontraban trabajando en el momento de los alegatos. Al final, el
resultado fue que por todos lados se busco evitar que la versión de
Zavala fuera validada, dejando ver la puesta en escena de la versión del
oficial Éufrates.
Me quitaron mis ojos.
El conflicto entre la policía municipal de San Luis Río Colorado y
Martha Solórzano, madre de Jorge Luis Zavala, tiene sus raíces en el
verano del 2010; cuando ella decidió ser parte de un grupo de ciudadanos
que comenzaron a manifestarse contra las brutales prácticas policiales.
La primera de estas protestas fue el sábado 14 de agosto del 2010
afuera de la comandancia de policía. En esta manifestación los
activistas, en su mayoría mujeres, pedían que se esclareciera la extraña
muerte en la celda de Zulma Yanet Hernández de 24 años. La segunda
protesta tuvo como detonante la muerte en las celdas de un joven de 19
años que fue brutalmente golpeado y nunca lo atendieron.
Martha Solórzano comienza a pedir a las autoridades que haga algo con
la Contraloría Municipal; la cual, según la activista, no le da
seguimiento a las quejas que la ciudadanía levanta contra la brutalidad y
la corrupción policiaca. Así Solórzano comienza a hacerse de la fama de
activista social y a incomodar al cuerpo de policías, que con los
uniformes puestos actuúan al margen de la ley, traficando con
influencias, sembrando pruebas y abusando de su autoridad. Por eso, en
la versión de Jorge Luis, cuando lo aprehenden los policías le dicen:
“Ya te conocemos, eres el hijo de vieja grillera. Ahora si nos la vamos a
chingar.”
Pero lejos de vencerla, Martha como una leona herida, no ha dejado de
manifestarse contra los policías, ha buscado el apoyo de la CNDH y de
la CEDH, después de haberse entrevistado con el alcalde de San Luis Río
Colorado y no obtener ninguna respuesta. A pesar de que actualmente la
prensa de San Luis ya no cubre sus manifestaciones por miedo a
represalias, Martha no ha dejado de tocar puertas.
La última vez que un diario de San Luis tocó el caso de Martha y el
encarcelamiento de su hijo Jorge Luis, fue el 26 de enero del 2013, día
en el que Solórzano se manifestó en el Centro de Readaptación Social
(CERESO) y acuso al comandante Felipe Don Juan por encubrir y estar al
mando de las operación de un “escuadrón de la muerte” conformado por
elementos de la policía municipal.
A finales del 2013 Martha y su hijo entraron en el programa de
protección para periodistas y defensores de los Derechos Humanos de la
SEGOB. A Jorge Luis lo mantienen en aislamiento, mientras que a Martha
la tienen con escoltas las 24 horas de día, viajando a Hermosillo cada
vez que necesite ver al presidente de la CEDH. A pesar de todo esto, de
sentir como ella repite constantemente: “como si me hubieran quitado los
ojos”, Martha solo quiere que el mundo sepa quiénes son en verdad los
policías que “sirven y protegen” a los ciudadano de San Luis Rio
Colorado.
Publicado en: Nuestra aparente rendición NAR
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Firma la petición de Amnistía Internacional
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