domingo, 3 de junio de 2012

Soberanía sexual y la autonomía reproductiva

Z. Margarita Bejarano Celaya

El día internacional de acción por la salud de las mujeres, celebrado el 28 de mayo para emprender iniciativas pro salud sexual y reproductiva de las mujeres en el mundo, pasó francamente desapercibido en nuestro estado por las instituciones, medios de comunicación y por candidatas y candidatos a puestos de elección. Resulta curioso, ya que en tiempos electorales cualquier pretexto es bueno para prometer, tomarse fotos, realizar desayunos, reuniones, ferias de salud y ofrecer servicios gratuitos a la comunidad; sin embargo, en este marco no sucedió. El tema de la salud de las mujeres, asociado a sus derechos sexuales y reproductivos como un elemento de empoderamiento y ejercicio de ciudadanía -como es el objetivo del día- no es de interés para la clase política (más bien pareciera todo lo contrario, se oculta).
 
Sonora es un estado rezagado en el tema de los derechos sexuales y reproductivos, no sólo por la satanización que existe en el ejercicio de la sexualidad y la falta de información confiable para las y los jóvenes –y mayores-, existen un déficit en el acceso a los anticonceptivos, sobre todo para las mujeres (sólo pregunte en su centro de salud o farmacia más cercana si cuentan con condones femeninos. Y por favor, escríbame y dígame dónde fue, si la respuesta es positiva y si se lo dan sin interrogatorio de por medio) Podría también darles cifras del embarazo adolescente, pero no quiero deprimirme. 

Desafortunadamente, entre tanta carencia material, las demandas son tantas: necesitamos empleo, salud general, educación, seguridad, ambiente sano, vivienda digna… y los derechos sexuales y reproductivos se van quedando rezagados por esas reclamas urgentes y confinadas al ámbito privado. 

Que cada quien se arregle como pueda,  cuando en realidad la sexualidad y la reproducción como problema público debe ser objeto de política pública y un asunto que debe ocupar un lugar en la asignación presupuestal con prioridad y con criterios laicos y científicos.

En cambio, en los últimos años, los gobiernos federal, locales y estatales independientemente de su color han convenido -como no han podido en otros temas estratégicos- en atentar contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con reformas constitucionales que limitan su derecho a ejercer la maternidad libre y voluntaria, en penalizar y criminaliza el derecho a interrumpir un embarazo antes de las doce semanas de gestación en 17 entidades y han acusado de homicidio en razón de parentesco  y/o encarcelado a más de 160 mujeres por sufrir abortos espontáneos en trece estados del país. Sonora figura entre estos estados, según el Centro de Derechos Humanos Las Libres de Guanajuato, que ha documentado algunos de los casos registrados.

Yo me sumo a la exigencia que este 28 de mayo hiciera el Pacto por la Vida y los Derechos Humanos de la Mujeres en México, que reúne a 35 organizaciones de la sociedad civil de 19 estados del país, para pedir a las y los candidatos a puestos de elección en Sonora incluyan en sus  propuestas la despenalización del aborto en el país y aboguen por la libertad de las mujeres presas por abortar.

Por la soberanía sexual y la autonomía reproductiva de las mujeres sonorenses pido a las candidatas y candidatos a ocupar puestos en la LX Legislatura sonorense que hagan lo conducente para derogar la reforma hecha hace tres años al artículo primero de nuestra Constitución local y viola el derecho a decidir de la mitad de la población sonorense. Las mujeres tenemos memoria y votamos.
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